Hay muchos asuntos que requieren de la oración de la iglesia. Brindamos los ítems de oración a continuación como una ayuda para enfocar y enriquecer la oración de los santos y de las iglesias. La intención no es que estos puntos sean restrictivos o exhaustivos, ni que sean tomados de manera legalista. Al fin y al cabo, es el Espíritu quien intercede por nosotros, en nosotros y mediante nosotros conforme a Dios y Su voluntad. La responsabilidad de los intercesores es ser un solo espíritu con el Señor y tener un mismo pensamiento con Cristo para liberar la carga interior mediante expresiones inspiradas por el Espíritu. En vista de la situación actual del mundo, perseveremos en oración con un espíritu fuerte.
Ore para que los santos se sientan nuevamente atraídos por el amor de Cristo, encantados por Su nombre y cautivados por Su persona para tener una nueva búsqueda de Él (Cnt. 1:2-4a; Ef. 3:19a y nota 191; Sal. 45:2 y nota 21; Is. 33:17a).
Leer másOre para que el amor de los santos por el Señor sea avivado, para que tengan un amor fresco por el Señor Jesús, y para que tengan un sabor fresco por Su amor (Ap. 2:4 y la nota 41; Jer. 2:2; Cnt. 1:2; Gá. 2:20).
Leer másOre para que los santos sean inundados por el amor de Cristo y constreñidos por Su amor, por causa del cual estuvo dispuesto a morir, a fin de vivir para Él ( 2 Co. 5:14-15 y las notas 141 y 142).
Leer másOre para que los santos se den cuenta que Dios tiene alta estima por las “cenizas”—el resultado del holocausto— y que el resultado de ofrecerse a sí mismo a Dios como del holocausto será la edificación de la Nueva Jerusalén (Lv. 6:10-11).
Leer másOre para que los santos prueben al Señor y testifiquen de Su realidad ofreciendo en el altar sus ofrendas materiales y a ellos mismos como el "diezmo" al Señor a fin de que puedan experimentar Su bendición abundante—mezclarse a Sí mismo con ellos mediante Su quemar (Lv. 27:30; Dt. 14:22-23; Nm. 6:2; Sal. 110:3; Ro. 12:1; Mal. 3:10).
Leer másOren que los santos comprendan que el deseo de Dios de cambiar la era necesita un grupo de jóvenes que se pongan sobre el altar voluntariamente para ser quemados por Él y le digan al Señor que están dispuestos (Lv. 3:11; Nm. 28:2 y nota 21; cfr. Sal. 110:3).
Leer másOre para que los santos vean que el fuego en el altar debería arder continuamente—"y no debe apagarse"— y para que cooperen con el deseo de Dios al añadir "madera" al fuego cada mañana (Lv. 6:9b, 12a, 13 y las notas 92, 93, 94, y 121).
Leer másOre que los santos vean su necesidad de ser quemados por el Señor a tal punto que ellos sean consumidos por Él y sean uno con Él, resultando en el resplandor del fuego, la gloria de Dios (Ez. 1:4; Ro. 12:1).
Leer másOre para que los santos se ofrezcan a sí mismo a Dios en su unión con Cristo como su holocausto con miras a que sean mezclados con Dios por medio de Su quemar (Lv. 1:4 y la nota 41; Dt. 4:24; Hb. 12:29).
Leer másOre para que los santos se den cuenta de que el deseo de Dios de lograr Su propósito en la tierra al mezclarse con el hombre requiere que Su pueblo se reúna con Él en el lugar donde Dios se reúne con el hombre, que es tanto el espíritu del hombre como el lugar del sacrificio, el lugar donde el fuego quema—el altar (Mt. 6:10; Ap. 21:2a; Jn. 4:24; Lv. 1:7-9).
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