Día 15: Oración para que veamos la visión celestial de la ascensión de Cristo

Ore para que todos los santos reciban una visión celestial de la ascensión de Cristo a fin de orar la oración prevaleciente de la iglesia, la oración de la era—Ef. 1:17; He. 1:3; Hch. 2:36.

Ef. 1:17—Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de Él.

He. 1:3—El cual, siendo el resplandor de Su gloria, y la impronta de Su sustancia, y quien sustenta y sostiene todas las cosas con la palabra de Su poder, habiendo efectuado la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Hch. 2:36—Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

En las Escrituras, especialmente en el Nuevo Testamento, hay una clase de oración que va más allá de nuestro concepto humano. Para entrar en esta clase de oración, necesitamos una visión celestial. Necesitamos ver algo que va más allá de nuestro concepto natural.

El primer aspecto de esta visión celestial es la ascensión de Cristo. Casi todos los creyentes saben algo acerca de la ascensión de Cristo, pero deseo resaltar dos asuntos muy importantes de acuerdo a su significado.

Primero, la ascensión de Cristo indica que la obra redentora del Señor ha sido plenamente completada. Luego que el Señor ascendió a los cielos, Él se sentó a la diestra de Dios (He. 1:3, 10:12). Aquí, el sentarse significa descansar… El Señor ha logrado todo lo relacionado a su obra redentora de manera completa. Nada se ha dejado sin hacer; todo se ha logrado. Por lo tanto, el Señor está sentado en los cielos descansando. La ascensión de Cristo es una indicación del cumplimiento pleno de la obra redentora.

 Segundo, la ascensión de Cristo indica que el señorío de Cristo ha sido establecido. El señorío de Cristo fue establecido por Su ascensión. Hoy hay un hombre en los cielos que ha sido exaltado y establecido como el Señor del universo… Necesitamos una visión celestial para creer que hubo un hombre en la historia de la humanidad cuyo nombre fue Jesús y que fue exaltado a los cielos y hecho Señor de todo el universo. En el día de pentecostés Pedro declaró “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo” (Hch. 2:36). El apóstol Pablo también nos dice que Dios “Sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas” (Ef. 1:22). (CWWL, 1963, t. 1, “Prayer on the Ground of Christ’s Ascension,” [La oración sobre el terreno de la ascensión de Cristo] págs. 159-160) (Esta traducción no ha sido revisada por LSM)

© Living Stream Ministry. Usado con permiso.

 

Día 16: Oración por nuestra oración al tomar el terreno de la ascensión de Cristo

Ore que todos los santos, tomando el terreno de la ascensión de Cristo y basados en el hecho de que el Señor ha ascendido a los cielos, alcanzado el lugar más alto, y obtenido todas las cosas, entren en una oración específica, definida y extraordinaria—la oración que está basada sobre la ascensión de Cristo y que reclama todo lo que Él ha obtenido y alcanzado en Su ascensión—Ap. 5:6a; Mt. 28:18; Ef. 1:22. 

Ap. 5:6a—Y vi en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, un Cordero en pie, como recién inmolado.

Mt. 28:18—Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.

Ef. 1:22—Y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia.

¿Qué está haciendo el Señor en los cielos hoy? La Biblia nos dice que es Él está esperando que Sus enemigos sean subyugados y puestos por estrado de Sus pies (He. 10:13). ¿Cómo se logrará esto mientras Él espera? Esto lo logrará la iglesia orando cierta clase de oración. La oración que se necesita no es una oración ordinaria, sino una clase de oración específica, definitiva, y extraordinaria. Esta clase de oración es basada en la ascensión de Cristo y reclama todo lo que el Señor ha obtenido y alcanzado en Su ascensión. Esta oración toma el terreno de la ascensión de Cristo y está basada en el hecho que el Señor ha ascendió a los cielos, alcanzó el lugar más alto, y obtuvo todas las cosas. 

Hoy no hay nada más que Cristo pueda alcanzar u obtener. Toda la autoridad en el cielo y en la tierra le ha sido dada, todos los enemigos están sujetos bajo Sus pies, y ahora Él es la Cabeza sobre todas las cosas (Mt. 28:18; Ef. 1:22). Además, Dios no sólo sometió todas las cosas bajo Sus pies y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas; Él también lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Cristo no es solo la Cabeza sobre todas las cosas para la iglesia; Él es también la Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia. Esto significa que como Él es la Cabeza sobre todas las cosas, la iglesia como Su Cuerpo comparte Su encabezamiento sobre todas las cosas. Estamos en Él, nos identificamos con Él, y estamos mezclados con Él. Por lo tanto, Él es la Cabeza sobre todas las cosas, y la iglesia participa en Su encabezamiento. Él ha sido dado sobre todas las cosas a la iglesia.

Necesitamos aferrarnos a este hecho. Necesitamos tomar este terreno y reclamar todo lo que el Señor ha obtenido y alcanzado. Hoy el Señor está esperando que Su iglesia en la tierra funcione. Él está esperando que la iglesia ore, reclamando todo lo que Él ha obtenido y alcanzado. Por lo tanto, todos debemos ir al Señor, no por nosotros mismos, sino con otros hermanos y hermanas, para orar de una manera especial. Quizás nunca hemos orado de esta manera, pero creo que si miramos al Señor, Él nos mostrará algo. (CWWL, 1963, vol. 1, “Prayer on the Ground of Christ’s Ascension,” [La oración sobre el terreno de la ascensión de Cristo] págs. 162-163) (Esta traducción no ha sido revisada por LSM)

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Día 17: Oración por nuestro levantar como el Cuerpo para reclamar el terreno de la ascensión de Cristo

Ore que todos los santos puedan ver que el tomar el terreno de la ascensión de Cristo no es un asunto individual sino un asunto del Cuerpo y que se levanten como el Cuerpo para reclamar el terreno de la ascensión de Cristo a través de la oración, reclamando todo lo que Cristo alcanzó y obtuvo para llevar a cabo la economía de Dios—Col. 1:18; Hch. 4:24a, 31.

Col. 1:18—Y Él es la Cabeza del Cuerpo que es la iglesia; Él es el principio, el Primogénito de entre los muertos, para que en todo Él tenga la preeminencia.

Hch. 4:24a, 31—Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios... Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Debemos orar, tomando el terreno de la ascensión de Cristo, pero debemos darnos cuenta que este terreno no es para individuos. Más bien, este terreno es para el Cuerpo. Cristo es la Cabeza, y nosotros somos el Cuerpo (Col. 1:18). Hoy como el Cuerpo de Cristo, necesitamos reclamar el terreno de la ascensión de Cristo. Creo que esta fue la manera en que los discípulos oraron antes del día de Pentecostés. Creo que con la ayuda del Espíritu Santo ellos oraron para que el Señor confirmara Su ascensión a las personas en la tierra. No debemos llorar a Dios como pobres pecadores. Más bien, debemos tomar el terreno de la ascensión de Cristo y reclamar: “Señor, somos tu Cuerpo. Estamos en Ti. Tú eres la Cabeza y nosotros somos Tu Cuerpo. Tú eres la Cabeza sobre todas las cosas para nosotros como el Cuerpo; por lo tanto, reclamamos todo lo que has obtenido y todo los que has logrado”. Simplemente necesitamos reclamar este terreno y decirle al Señor que no estamos de acuerdo con ciertas cosas que están sucediendo en la tierra. También debemos decirle que no estamos satisfechos con la presente condición, situación y el estado de Su pueblo. Necesitamos olvidarnos de todos nuestros problemas personales y declarar: ¡Aleluya! ¡Soy un miembro del Cuerpo, el Cuerpo está en la Cabeza, y la Cabeza que está sobre todas las cosas, está en los cielos!

Después de orar de esa manera, seremos grandemente fortalecidos. Sentiremos que el mundo entero no puede prevalecer contra nosotros, porque estamos en el Cuerpo y el Cuerpo está en la Cabeza (Hch. 4:23-31) … Creo que cuando comencemos a tomar este terreno y reclamar la ascensión de Cristo, el enemigo, el pecado, el mundo, la carne, las fuerzas satánicas, los espíritus malignos, y todo lo negativo estará bajo nuestros pies. Por nosotros mismos es imposible vencer todas estas cosas. Debemos darnos cuenta que la Cabeza ya ha vencido y que como el Cuerpo, estamos unidos a la Cabeza. No hay nada que nosotros debamos hacer; todo está hecho. Cristo ha logrado todo. Él es la Cabeza sobre todas las cosas, y todas las cosas están bajo Sus pies. Por lo tanto, como el Cuerpo podemos tomar el terreno de la Cabeza y reclamar todo lo que Él ha obtenido y logrado. Todo lo que Él ha obtenido y logrado nos pertenece. (CWWL, 1963, vol. 1, “La oración sobre el terreno de la ascensión de Cristo,” págs. 156-157) (Esta traducción no ha sido revisada por LSM)

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Día 18: Oración para que tengamos la visión de la autoridad de la Iglesia como el Cuerpo

Ore que los santos puedan ver la posición y la autoridad de la iglesia como el Cuerpo de Cristo, al darse cuenta que la posición de la iglesia es exactamente la misma de Cristo, y reclamen y utilicen esta autoridad para aplastar el poder del enemigo—1 Co. 12:27; Mt. 28:18b-19a; Lc. 10:19.

1 Co. 12:27—Ahora bien, vosotros sois el Cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.

Mt. 28:18b–19a—Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones...

Lc. 10:19—He aquí os doy autoridad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os dañará.

El primer punto principal es la ascensión de Cristo; el segundo punto principal es la posición de la iglesia como el Cuerpo de Cristo. Debido a que la iglesia es el Cuerpo de Cristo, la posición de la iglesia es exactamente la misma que la de Cristo. Dondequiera que esté la Cabeza, el Cuerpo debe estar. Lo que sea que la Cabeza tiene, el Cuerpo también debe de tenerlo. Adicionalmente, debemos darnos cuenta que somos los miembros del Cuerpo de Cristo (1 Co. 12:27; Ef. 5:30). Ya que el Cuerpo se identifica con la Cabeza, la posición del Cuerpo es exactamente la misma que la de la Cabeza.

El tercer punto principal... se refiere a la autoridad del Cuerpo... La autoridad del Cuerpo es la autoridad de la Cabeza ejercida por el Cuerpo. Por lo tanto, la autoridad del Cuerpo es la autoridad de la Cabeza... Aunque el Cuerpo tiene esta autoridad... debe ser asumida y ejercida por el Cuerpo. Asumir algo significa tomar algo sobre uno mismo. Como la iglesia, el Cuerpo de Cristo, debemos asumir la autoridad de Cristo.

Después de Su resurrección el Señor les dijo a los discípulos que toda autoridad en los cielos y en la tierra había sido dada a Él. Luego les encomendó que predicaran las buenas nuevas a todas las naciones. El Señor dijo, “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones” (Mt. 28:18b-19a).

Habiendo recibido toda la autoridad, el Señor nos encomendó ir con esta autoridad y predicar el evangelio... El Señor también nos dijo claramente que Él nos ha dado toda autoridad para vencer al enemigo (Lc. 10:19). El enemigo tiene poder, pero el Cuerpo tiene autoridad... Tenemos esta autoridad, pero que la ejercitemos o no depende de nosotros.CWWL, 1963, vol. 1, “Prayer on the Ground of Christ’s Ascension,” [La oración sobre el terreno de la ascensión de Cristo] págs. 161-162) (Esta traducción no ha sido revisada por LSM)

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